Mi primer amor

jueves, 7 de mayo de 2009

Con él descubrí la poesía. Luego, evidentemente, he leído a muchos otros poetas y he descubierto que aunque no es el mejor (como pensaba a los 13 años), sí es el que más me ha llegado, el que más he releído y aquel cuya obra tengo prácticamente grabada a fuego en la memoria.

Los amores imposibles, desengañados, rara vez correspondidos sugeridos en sus versos y sus miedos acerca de la muerte llenaron mis primeros años de adolescencia. En cuanto me quedaba sola en casa, me ponía a leer los poemas una y otra vez en voz alta sintiendo un estremecimiento que muy pocos autores me han provocado después. Por eso lo considero mi primer amor. Sé que es un topicazo, pero no creo que haya que menospreciar su obra ni por simple (porque no lo es) ni por popular (que si gusta tanto, por algo será).

Creo que hay que releerlo (si os gusta, claro) olvidando las clases de literatura tediosas del instituto y el hecho de que casi todo el mundo lo conoce y está hasta el moño de las dichosas golondrinas. Propongo olvidar todo eso y leer sus versos para llegar a una capacidad de transmitir los sentimientos única (aunque suya es la frase "cuando siento, no escribo"); la capacidad de condensar en cuatro versos toda una concepción poética y amorosa.


Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
se me antoja posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con la niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.

Cuando miro de noche en el fondo
oscuro del cielo
las estrellas temblar como ardientes
pupilas de fuego,
se me antoja posible a do brillan
subir en un vuelo,
y anegarme en su luz, y con ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso.

En el mar de la duda en que bogo
ni aún sé lo que creo;
sin embargo estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro.


Gustavo Adolfo Bécquer


Rimas y leyendas

Autor: Gustavo Adolfo Bécquer

Editorial: Anaya

Colección: Biblioteca Didáctica Anaya

Páginas: 168

ISBN:8420725935

Precio: unos 8 euros






6 comentarios:

Hutch dijo...

Mira por dónde... en busca de Bécquer te encuentro en un blog (muy bueno el diseño).

¿No te parece este poema "un quiero y no puedo místico"? Cada vez me convenzo más de que vuestro paisano no escribió más que suspirillos germánicos. "En el mar de la duda en el que bogo" raya en la pedantería.

Todo este comentario, con el aprecio que sabes que te tengo.

En mi perfil, puedes acceder a mi blog. Así que...¡empate! Esto queda entre tú y yo, ¿vale?

Un abrazo del "jefe" (por poco tiempo).

Suntzu dijo...

Ya te lo he dicho: te mato.
No sé cómo ni cuándo, pero ten cuidado. ¿No quedamos en que si me encontrabas no decías nada? Que estas cosas me dan mucha vergüenza...
Ahora mismo me paso por el tuyo y en paz.

En fin, no creo que lo que leas en los blogs vaya a empeorar el concepto que tienes de mí. Ya sabes que soy un bicho, así que, que los disfrutes.

Un abrazo de una subalterna en estado de shock.

Hutch dijo...

Suntzu, ¡tranquila, mujer! El blog que me interesa es éste, no el otro. Mi concepto sobre ti es y será alto, independiente de blogs tuyos o míos. Creo que es más honesto por mi parte que tú sepas que te estoy leyendo. En todo caso, si es por vergüenza, ya sabes que a partir de septiembre nuestros caminos se bifurcan.

A propósito, no recuerdo eso de que si te encontraba que no debía decir nada. Será la edad...

Un abrazo.

Suntzu dijo...

Pues si te digo la verdad, casi prefiero que leas el otro... :) Hijo, has ido a encontrarme en la entrada más recursi que llevo escrita en mis tres años de actividad bloguera. ¡Manda narices!

Nada, nada, en cuanto me recupere (son la 1.40 y no puedo pegar ojo: ya verás mañana), es usted libre de pasear por mis dominios. Total, de perdidos, al río.

Hutch dijo...

Ya repuestos ambos de la sorpresa internáutica, me gustaría insistir, a fuerza de parecer pesado, en mi primer comentario: ¿no hay aquí algo así como un "coitus interruptus"? Perdón.

El poema se lo ponía a mis alumnos polacos y me servía para repasar la mística; pero fuera de la clase no me convence: el ascenso pseudomístico del sujeto poético se queda a mitad de vuelo, como si le hubieran cortado las alas. O quizás el poema no es más que un mero ejercicio de estilo impostado a la manera de Juan de la Cruz.

En fin, ya está bien de poner a caldo a Bécquer. La revisión del canon a veces no está mal ¿no?

Este blog, desde luego, tiene un diseño precioso, ¡enhorabuena! Espero más entradas y dialogar sobre ellas.

Un saludo.

Suntzu dijo...

Pues mira, Jefe, yo creo que aquí, mi Gustavo no llega ni al coitus. Me explico: pienso que es más un "quiero y no puedo" que se queda en eso, en mera voluntad que, en realidad, no lleva a ninguna parte, excepto a la composición del poema.
Dos veces aparece la expresión "se me antoja posible", pero no llega a nada más que a describir los desvaríos de su imaginación, sus ansias de alcanzar algo más grande que él, pero que, finalmente, se quedan en nada. Coincido contigo en lo del "ascenso pseudomístico" en parte, pero en realidad, de mística propiamente dicha, le veo poca el poema.

Y puedes ponerlo a caldo lo que quieras, está bien discutir y conocer otras opiniones. Yo no le voy a ver los defectos porque, como dicen por ahí, el amor es ciego.

¡Nos vemos mañana!