Uno de detectives adolescentes

miércoles, 7 de abril de 2010


Como últimamente estoy leyendo libros de historia relacionados con la Guerra Civil española, tiro de clásico (clásico en mi vida, más bien) para actualizar un poco el blog, que lo tengo abandonadito. El título que he escogido para esta entrada no es muy conocido, pero es muy importante en mi vida, es decir, que lo he elegido por cuestiones puramente emocionales.

Se trata de Misterio del príncipe desaparecido, de Enid Blyton. Este libro lo leí con diez años y lo releí no sé cuántas veces, muchas. Es del estilo de Los Cinco, que quizá sea la serie más conocida de esta autora, pero con otra pandilla de chicos que van resolviendo misterios por ahí: Fatty, Larry, Daisy, Pip, Bets y "Buster", el perrito que aparece en el libro y que dio nombre al que luego fue mi perro durante ocho años. Ahora me suena rarísimo y todo el mundo me lo decía entonces, pero estaba tan enganchada a este libro, que durante dos años guardé el nombre en mi mente hasta que se lo pude poner a un perro. Pobrecito.


El libro tiene mucha acción y la historia transcurre durante las tres últimas semanas de un verano aburrido, en el que parece que no va a pasar nada interesante (los protagonistas, a pesar de su corta edad, ya tienen una larga experiencia como detectives). De repente, un príncipe de un país lejano desaparece por los alrededores del pueblo de los chicos y estos se ponen a investigar. Como es de suponer, hay mucho paseo en bici, mucho carrito de helado, disfraces, interrogatorios y demás elementos típicos de esta clase de historias. Supongo que los niños de ahora lo verían desfasado e infantil (los protagonistas se entretienen, entre otras cosas, componiendo poemas colectivos y suelen hacer caso a sus padres), pero a mí me encantó. De hecho, todavía lo conservo, aunque las relecturas y los más de veinte años que lleva conmigo (con sus numerosas mudanzas) han hecho mella en él. Y alguno de mis hermanos, que, ahora que lo he abierto, he visto que me han hecho dibujitos obscenos en los bordes de las páginas, a modo de animación. Cría cuervos...

5 comentarios:

Hutch dijo...

Creo recordar que me tragué buena parte de la serie "Los Cinco" o ¿era algo similar, como "Los cinco detectives"? cuando estaba en la E.G.B. Tenía olvidados estos libros. Gracias por traerlos a la memoria. Saludos.

Jajaja dijo...

Yo me leí buena parte de la colección de los Cinco, si no toda, pero este libro no lo conocía. También leí de Enid Blyton uno de los Siete Secretos, que eran otra pandilla de chicos investigadores, aunque este no me gustó, demasiados personajes supuestamente principales.

De chavales detectives también recuerdo a los Tres Investigadores y a Los Blok, una especie de versión hispánica de los Cinco que creo que escribió Monserrat del Amo. Bueno, y también estaban los Hollister, que eran una porrada de hermanitos yanquis que iba por todo el Mundo resolviendo problemas, cual versión juvenil de los Marines del Tío Sam.

Suntzu dijo...

De nada, Angelus. Creo que esa es la edad para leer estos libros: entre los nueve y los doce. Después, todo cambia y estas historias se quedan anticuadas e infantiles. Aunque esta que está aquí piensa releer el "Misterio del príncipe desaparecido" este verano, que me ha entrado un ataque de nostalgia de los fuertes.
Saludos.

Jajaja, veo que estás puesto en el tema. A todos estos que mencionas ni los conozco. A mí siempre me ha impresionado la cantidad de recursos que tienen los protagonistas de estas historias. Estos explorando el mundo y una que no podía salir de su manzana.

Los viajes que no hice dijo...

Yo ese no me lo leí, pero tengo dos del Fatty. Lo que me repatea de Blyton es que siempre hay un personaje femenino gilipollas. En Los Cinco es Ana y aquí es Betts. No sé por qué lo hace, pero lo hace, la pobre.

Suntzu dijo...

Efter, "Las torres de Mallory" le gustan mucho a Arwen. Yo, de Los Cinco no leí mucho, pero este libro es de los que no se me ha olvidado. Era de los que me gustaba leer por la tarde, mientras me comía el bocata de sobrasada o de chorizo con mortadela; como ves, unas sustancias "ideales" para estar leyendo un libro. Luego aprendí a no comer mientras leía, pero la mayoría de mis libros de esa época están pringados por algún sitio.

Es verdad, Los viajes. Betts es para mandarla a comprar tabaco y que no vuelva. A mí no me molesta que el personaje sea femenino, pero es verdad que siempre hay uno así.

Un abrazo a los dos.