Un poco de Gimferrer (que ya tocaba)

sábado, 21 de mayo de 2011

RONDÓ

Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré:
que el chasquido de las cápsulas o el fogonazo sulfúreo,
como guardado por ángeles, no arrasarán mi jardín.
Qué claridad de relámpagos cuando mis ojos se cierran.
Tan cercanas las imágenes del amor, aquí, en mi pecho,
como canto de sirenas o recuerdos de niñez.
Con paso quedo, despacio: no despertéis a las rosas.
El momento de la lluvia tras los cristales velados,
y el momento en que se escuchan tu mirada y tu sonrisa,
y el momento en que tu voz descubre cielo y planetas
y el momento en que tu piel gime un fulgor susurrante,
y el momento en que tus labios, y tus ojos y la lluvia...
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré.

Pere GIMFERRER, De Extraña fruta y otros poemas



UNA SOLA NOTA MUSICAL PARA HÖLDERLIN

Si pierdo la memoria, qué pureza.
En la azul crestería la tarde se demora,
retiene su oro en mallas lejanísimas,
cuela al luz por un resquicio último, se extiende y me delata
como un arco que tiembla sobre el aire encendido.
¿Qué esperaba el silencio? Príncipes de la tarde, ¿qué palacios
holló mi pie, qué nubes o arrecifes, qué estrellado país?
Duró más que nosotros aquella rosa muerta.
Qué dulce es al oído el rumor con que giran los planetas del
agua.

Pere GIMFERRER, Arde el mar

Esta mañana he ido a la Fnac y, cómo no, han caído un par de libros. Uno de ellos ha sido una recopilación de la poesía castellana completa de Pere Gimferrer desde 1962 hasta 1969. Lo he terminado ahora mismo y he decidido colgar estos dos poemas. No son los que más me gustan, ni, seguramente, los más conocidos, pero tienen algo que no me había llegado en lecturas anteriores y sí lo ha hecho esta tarde. Cosas que pasan. No sé si es por cansancio y no estoy para escribir mucho, pero lo único que se me ocurre decir ahora mismo sobre este libro es que hay que leerlo. Tanto Arde el mar, como La muerte en Beverly Hills son dos maravillas de la poesía entendida como lo que es en esencia: ritmo, imágenes, palabras, arte... belleza.

2 comentarios:

Hutch dijo...

Bello poema el segundo. Me gustaría que te explayaras con el primero, al que no le cojo el punto. Saludos.

Suntzu dijo...

Angelus, te contesto por correo.
Saludos.