Incongruencias

lunes, 28 de febrero de 2011

Creo que todos hemos tenido alguna vez la sensación de que nuestra vida está presidida por un azar burlón, que por más que nos empeñemos en dirigir nuestro rumbo con mano firme, cuando menos te lo esperas, te viene una ráfaga de aire, o un golpe de mar (o de vida) que te lo manda todo al traste, además, de la forma más absurda. La incongruencia es la norma azarosa que rige la vida de Gustavo, protagonista de esta novela de Ramón Gómez de la Serna titulada El incongruente
Una vez más, me dejé llevar por mi "sofisticado" criterio de selección literaria, es decir, esta vez, me fijé en el libro por el amarillo chillón de la portada. Horroroso, todo hay que decirlo, pero efectivo. Segundo criterio: la rareza. No había visto el libro antes en ninguna de mis frecuentes visitas a las librerías, así que pensé: "Tiene que ser raro". Y, por último, leí la primera página y me gustó, me reí. No sé por qué, pero con la edad, cada vez agradezco más que un libro me haga reír. Así que no me lo pensé mucho más y me lo llevé a casita. 
No se trata de una obra maestra, ni mucho menos. Tiene altibajos y el final no terminó de gustarme, pero disfruté mucho con la prosa, las metáforas y lo absurdo de la vida de Gustavo, con quien, a ratos, llegué a sentirme bastante identificada. Para pasar un buen rato.

Las letras como arma

martes, 22 de febrero de 2011

Entre las muchas (innumerables) lagunas que tengo respecto a muchas cosas, he de reconocer que una que me preocupaba especialmente era la de la literatura española durante la Guerra Civil. Siempre me ha tirado más la literatura medieval y de los Siglos de Oro y todo lo relacionado con el siglo XX, literariamente hablando, no me ha hecho demasiada gracia. Es en estos últimos años cuando me he animado (bueno, sería más exacto decir que me han animado) a leer ciertas obras y todavía tengo la sensación de heberme adentrado en un mundo que estoy descubriendo poco a poco. En este descubrimiento me ha ayudado bastante Las armas y las letras, de Andrés Trapiello, que cubre ese período histórico tan trillado en el cine español y del que se da una visión más bien maniquea. 

Antes de comprar el libro me informé en internet y todas las reseñas lo ponían por las nubes: "clásico", "obra absolutamente imprescindible", "visión imparcial"... Quizá pueda estar de acuerdo con las dos primeras expresiones, pero no con la tercera. Completo, sí; imparcial, no. Pero en líneas generales, es una obra muy recomendable, repleta de anécdotas jugosas, de esas que nos gustan a los que tenemos una vena cotilla desarrollada (por ejemplo, la muerte de Miguel de Unamuno sentado al calor de un braserito en su casa).

La obra comienza con un repaso a los autores de la Generación del 98 y, a partir de ahí, avanza siguiendo un criterio cronólogico hasta el final de la Guerra Civil. Es encomiable, desde luego, la labor casi enciclopédica del autor que, es cierto, analiza a autores tanto de un bando como del otro, pero no siempre con una mirada tan imparcial como he leído en alguna reseña. Es la única pega que le encuentro a un libro de cuya lectura, todo hay que decirlo, he disfrutado muchísimo.

Para un día oscuro de lluvia

sábado, 19 de febrero de 2011

Romance de la lluvia

A Concha Méndez y Manuel Altolaguirre

Está la lluvia bailando
encima del cementerio
y el viento le grita ¡para!
desnuda sobre los muertos.
Aguas sin plumas de iris
sobre mortajas y pelos
botas podridas de obispo
manos sin piel de toreros
geometría de las losas
entre ciprés y floreros
nicho de números raros
en lotería sin premio.
Está bailando la lluvia
desnuda sobre los muertos.

                           Agustín DE FOXÁ