martes, 1 de noviembre de 2011
A pesar de que en mi experiencia con Bolaño ha habido altibajos (bueno, un bajo: Una novelita lumpen), con El tercer Reich y La pista de hielo, he vuelto a congraciarme con su obra narrativa más "breve" (en comparación con Los detectives salvajes y 2666).

Como ya he señalado, Bolaño opta por contarnos la historia a través de un punto de vista múltiple. Remo Morán, Gaspar Heredia y Enric Rosquelles son los tres personajes que nos aportan sus experiencias para conocer las circunstancias que conducen al misterioso asesinato de una mujer. Los cambios de perspectiva (que desarrolla y perfecciona en novelas posteriores) son uno de los puntos fuertes de la novela ya que ofrecen un contraste que, en ocasiones, resulta bastante cómico.
Bolaño logra así componer una novela sólida y fascinante por el modo en que está narrada y construida; una obra que emana un lirismo sombrío que nace desde el propio fondo de la historia, de los personajes y que se proyecta en todos los demás elementos de la novela: campings, ayuntamientos, concejalías, tugurios y pistas de hielo.
"Vaya, me parecía advertir segundo a segundo el envejecimiento de las cosas y de las personas, todos atrapados en una corriente de tiempo que sólo conducía a la miseria y a la tristeza".
Enric Rosquelles