Los grandes abismos interiores

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Eso es lo que explora Solaris, de Stanislaw Lem. Como siempre explico cómo llegan a mi vida los libros que comento aquí, diré que este lo encontré el otro día, por casualidad, en la biblioteca de mi centro, la cual piso más bien poco porque hace siempre un frío que pela. Pero estando allí para dejar la nueva gramática de la RAE, mis ojos se posaron en este libro y, automáticamente, recordé la docena de veces que Angelus me lo había recomendado, así que me lo llevé para leerlo estas vacaciones.


La novela engancha desde el principio. El protagonista (Kris Kelvin) llega a una estación espacial situada en un planeta, Solaris, cuya peculiaridad es que está casi todo cubierto por un océano de composición desconocida y cuyos efectos sobre los humanos no tarda en experimentar el propio Kris. Además, tiene otros tres compañeros, uno de los cuales se ha suicidado poco antes de la llegada del protagonista a la estación. Cuento esto porque no desvelo nada, se explica todo al principio de la novela. Los extraños fenómenos que ocurren en la estación llevarán al protagonista a investigar sobre el planeta en el que se encuentra con el fin de ayudarse a sí mismo y a sus compañeros, ya que todos están siendo objeto de unas extrañas alucinaciones.

Particularmente, lo que más me ha gustado del libro es que aborda la lucha con los propios demonios interiores de cada uno y cómo, extrañamente, en ocasiones nos aferramos a ellos a pesar de saber que nos hacen daño, que nos impiden ser felices. La relación entre Kris y Harey (su "demonio" particular) tiene fases aterradoras y enternecedoras al mismo tiempo. Así que lo que comienza con la apariencia de un viaje exterior, al espacio, acaba convirtiéndose en un viaje interior, una exploración de los recovecos más ocultos del alma y un estudio de uno de los sentimientos más comunes y difíciles de sobrellevar: la culpa.
Solaris es una lectura de las que te absorbe y te envuelve en una atmósfera onírica y, a la vez, claustrofóbica de la que resulta difícil desprenderse incluso cuando no lo estás leyendo. La única pega son algunos pasajes demasiado farragosos (para mi gusto) relacionados con el estudio del planeta y reconozco que son necesarios, pero siguen sin gustarme. Como casi siempre, ahí va un fragmento:

Si ella desaparecía después del experimento, eso significaría que yo deseaba que ella desapareciera. Que yo la había matado. [...] Tal vez hubiera en mí pensamientos, intenciones, esperanzas crueles de los que yo nada sabía, pues era un asesino que se ignoraba a sí mismo. El hombre se había lanzado al descubrimiento de otros mundos y otras civilizaciones, sin haber explorado íntegramente sus propios abismos, ese laberinto de oscuros pasadizos y cámaras secretas, sin haber penetrado en el misterio de las puertas que él mismo ha condenado.

En definitiva, si os va la ciencia ficción, no os la podéis perder.

Y gracias, Angelus.




Título original: Solaris
Autor: Stanislaw Lem
Editorial: Minotauro
Traducción: Matilde Horne y F.A.
ISBN: 978-84-750-7217-2
Precio: ni idea, este me ha salido gratis
Encontrado en: biblioteca

De la pasión por los libros

martes, 1 de diciembre de 2009


Me gustan las historias de personas obsesionadas por los libros. Quizás es porque, sin llegar a la obsesión, los libros siempre han estado muy presentes en mi vida. A veces, más que las personas. Por eso, historias como las de Una lectora nada común, de Alan Bennett o esta de la que voy a hablar hoy, Mendel, el de los libros de Stefan Zweig, me llegan al corazón. Conocí el libro por una recomendación del programa Página 2, y ayer, paseando la mirada por las estanterías de un centro comercial, lo vi. Lo he leído hoy (es muy breve) y he decidido que merecía la pena que estuviese aquí.
Mendel, el de los libros cuenta la historia de Jacob Mendel, un hombre de memoria prodigiosa, una biblioteca andante que vive por y para los libros. Todo lo que le rodea, si está fuera de sus libros, no le interesa. Por eso no se entera de los cambios políticos que afectan al país. Por eso, le llegan los problemas. Tiene su centro de operaciones en un café vienés y se nos presenta con todo lujo de detalles en una primera parte mucho más descriptiva que narrativa. Una vez que lo conocemos, viene su historia, que no voy a destrozar aquí.
El ambiente de la Viena de principios del siglo XX está recreado perfectamente y la lectura resulta muy agradable y envolvente.
En definitiva, es un libro sobre los libros, el amor a la lectura, al saber. Una historia que narra el ascenso y la caída del ser humano. Y que nos cuenta cómo la Literatura nos salva del olvido y la muerte.

Título: Mendel, el de los libros
Autor: Stefan Zweig
Traducción: Berta Vias Mahou
Editorial: Acantilado
Páginas: 57
Precio: 9 euros
ISBN: 978-84-96834-90-3
Encontrado en: El Corte Inglés.

Un interesante descubrimiento

viernes, 6 de noviembre de 2009


Hace unos días, un compañero me comentó que había visto un libro que aparecía reseñado como "una mezcla entre House y Los Soprano". Eso bastó para que me lanzase a la compra de Burlando a la Parca, de Josh Bazell y puedo afirmar que ha merecido muchísimo la pena. Lo de la mezcla de ambas series es absolutamente cierto, por suerte.

La novela habla de un médico, Peter Brown, y de sus complicadas circunstancias presentes debidas a un turbulento pasado como mafioso. Escrita sin grandes alardes estilísticos, la narración es efectiva y engancha al momento. Además, si tenemos en cuenta que toda la novela combina dos elementos que me encantan, mafia y humor negro, he de decir que he terminado su lectura con pena, con ganas de más. Bueno, por ponerle una pega, hay algunos acontecimientos que, a mi parecer, no hay quien se los trague.

Eso sí, es un libro que va a contribuir a que la población tenga ganas de mantener un estilo de vida saludable, porque después de leerlo os aseguro que vais a mirar los hospitales con otros ojos. Aunque ya os gusten poco, como a mí. De todas formas, insisto: merece la pena leerla.

No me extraña que tengan la intención de llevarla al cine (a ver si no se la cargan), aunque no veo yo a Di Caprio en el papel protagonista.

Y la historia empieza así:

"¡De modo que voy camino del trabajo, me paro a ver cómo una paloma se pelea con una rata en la nieve y un gilipollas intenta atracarme! Naturalmente tiene una pistola. Se me acerca por detrás y me la clava en la base del cráneo. Está fría, y en realidad produce una sensación agradable, como de digitopuntura.

-Tranquilo, doctor- me sugiere.

Lo que lo explica todo, al menos. Incluso a las cinco de la mañana, no soy la clase de tío al que se suele atracar. Soy como una estatua de estibador plantada en la Isla de Pascua. Pero el capullo me ve bajo el abrigo los pantalones azules del pijama sanitario y los zuecos de plástico verde perforados, así que piensa que debo llevar drogas y dinero encima. Y que a lo mejor he hecho alguna especie de juramento de no patearle su culo tonto del culo por tratar de asaltarme.

Apenas tengo drogas y dinero suficiente para pasar el día. Y el único juramento que he hecho, según recuerdo, es el de no tener propósito de hacer daño. Me parece que ya hemos pasado de ese punto.

-Vale-digo alzando las manos.

La rata y la paloma se han largado. Cobardicas".

Os dejo aquí una opinión contraria a la mía, para que sopeséis.



Título: Burlando a la Parca
Autor: Josh Bazell
Editorial: Anagrama
Páginas: 316
Precio: no lo recuerdo. Entre 15 y 20 euros, creo.
ISBN:978-84-339-7512-6
Encontrado en: Librerías Beta

La encontré

jueves, 29 de octubre de 2009

En una entrada dedicada a Borges no hace mucho, comenté que andaba buscando una entrevista que se realizó al escritor en 1976. Aquí la dejo en este particular álbum de recortes que es el blog. La única pega es el entrevistador, que no deja concluir sus intervenciones al pobre Borges que, como buen tartamudo, era de hablar lento y pausado

Cómo la voy a disfrutar...



















Un paseo por los bajos fondos

viernes, 23 de octubre de 2009

Hoy he leído Una novelita lumpen, del chileno Roberto Bolaño (1953-2003). Mucho más ligerita que 2666 (una obra maestra inconclusa, por desgracia, a la que dedicaré otra entrada), conserva, no obstante, el gusto del autor por los personajes con poco o nada que perder y que se mueven por ambientes muy poco aconsejables. Lo que me gusta de este hombre es su pesimismo, el ambiente opresivo en el que envuelve cada historia y el desprecio por la vida que presentan muchos de sus personajes. Vosotros diréis: "Pues vaya panorama", pero una es así, qué le vamos a hacer.

No es la novela que más me ha gustado de Bolaño, pero no está mal. La historia transcurre en Roma (Bolaño abandona esta vez Sonora) y está protagonizada por Bianca, una chica joven que pierde a sus padres en un accidente de tráfico y se queda sola en la vida con su hermano. Los dos se ven obligados a buscarse la vida como pueden... y hasta ahí puedo leer.

Me gusta mucho la forma de escribir de este autor, en apariencia, atropellada. Con palabras sencillas logra revelar al lector el complicado mundo interior de los personajes, que suele ser muy rico, lleno de sueños, desvaríos y fobias varias.


Os dejo un fragmento que me ha gustado y, si os hacéis con el libro, no dejéis de leer el test que hace Bianca, la protagonista. No tiene desperdicio.

"Ahora sé que la cercanía no existe. Siempre alguien tiene los ojos cerrados. Uno ve cuando el otro no ve. El otro ve cuando uno no ve. Sólo una madre puede estar cerca. Pero eso entonces era lo desconocido. Inexistente. Sólo existía el espejismo de la cercanía".


Título: Una novelita lumpen
Autor: Roberto Bolaño
Editorial: Anagrama
Año: 2009
Páginas: 151
Precio: 15 euros
ISBN: 978-84-339-7196-8
Encontrado en: El Corte Inglés



Su nombre era... Luis Alberto de Cuenca

jueves, 1 de octubre de 2009


A estas horas y con una larga jornada laboral esperándome mañana no estoy para muchas florituras verbales. Simplemente os diré que os dejo aquí tres poemas de Luis Alberto de Cuenca, uno de los mayores (y más divertidos) tesoros encontrados durante estos últimos años. Si os gustan, ya sabéis.

INSOMNIO

La vida dura demasiado poco.
No da tiempo a hacer nada. No hay manera
de reunir los suficientes días
para enterarte de algo. Te levantas,
abrazas a tu novia, desayunas,
trabajas, comes, duermes, vas al cine
y ni siquiera tienes un momento
para leer a Séneca y creerte
que todo tiene arreglo en este mundo.
La vida es un instante. No me explico
por qué esta noche no acaba nunca.


Una revisión de un clásico que me encanta:

COLLIGE, VIRGO, ROSAS

Niña, arranca las rosas, no esperes a mañana.
Córtalas a destajo, desaforadamente,
sin pararte a pensar si son malas o buenas.
Que no quede ni una. Púlete los rosales
que encuentres a tu paso y deja las espinas
para tus compañeras de colegio. Disfruta
de la luz y del oro mientras puedas y rinde
tu belleza a ese dios rechoncho y melancólico
que va por los jardines instilando veneno.
Goza labios y lengua, machácate de gusto
con quien se deje y no permitas que el otoño
te pille con la piel reseca y sin un hombre
(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.
Y que la negra muerte te quite lo bailado.


MUJERES

Mira que las deseo.
Y qué poco me gustan.

Y ya sé que dije que iban a ser tres, pero es que este es buenísimo:

EN EL SUPERMERCADO

Cualquier lugar es bueno para el odio,
hasta el supermercado. "¿Por qué compras
esto en lugar de aquello? ¿Estás de oferta
o qué: crees que estoy sordo y que no oigo
las cosas que te dice el pescadero?
Me aburro. No te aguanto. No te olvides
la botella de ginebra. ¡Ah, no,
déjate de comida preparada!
Aprende a cocinar como mi madre".
"Cuando tú aprendas a comerme el coño".


Colgaré muchos más poemas de Luis Alberto de Cuenca aquí porque esa mezcla de desengaño, elementos actuales, violencia y humor negro me tiene enganchadísima. Espero que os haya gustado.

Título: Su nombre era el de todas las mujeres.
Autor: Luis Alberto de Cuenca.
Editorial: Renacimiento.
Año: 2005.
Páginas:200.
Precio: creo recordar que eran 9 euros.
Encontrado en: Feria del Libro de Sevilla del año pasado.
I.S.B.N.: 84-8472-200-7

Una luz en el desierto

jueves, 10 de septiembre de 2009

Ayer empecé y terminé de leer Desiertos de la luz, de Antonio Colinas, otro de mis descubrimientos tardíos. Siento no haberlo encontrado antes, pero, si lo pienso un poco, creo que de haberlo leído hace unos años no me habría gustado. Supongo que estas cosas llegan cuando tienen que llegar. Había leído otras obras suyas, como Sepulcro en Tarquinia, pero aunque me gustó mucho, no me llegó tanto como esta. Supongo que tendría que estudiar mucho para comprender en su totalidad ese poemario. Pero no descarto enfrentarme (o acercarme) a él en otra ocasión con tiempo y curiosidad por delante para ir descubriendo todos sus matices.

Por lo que respecta a Desiertos de la luz, empezaremos diciendo que es muy diferente a Sepulcro en Tarquinia y que consta de dos partes: "Cuaderno de la vida" y "Cuaderno de la luz". El primero está más relacionado con el mundo visible, con lo material, es decir, ciudades (Ávila, la Plaza Mayor de Salamanca), los campos, Jorge Manrique, Glenn Gould...

Versos como "De repente, la noche es una piedra/de luz/que estalla entre mis manos" o "¿Serán también los cuerpos laberintos/de secretos abiertos/para el que besa confiado sin/saber que luego habrá de consumirse/en el fuego del tiempo?/Secreto y profundo es el misterio/de ser (¿o el de no poder ser/por siempre?)" forman parte del primero de los cuadernos.

Pero creo que la mejor es la segunda parte. "Cuaderno de la luz" es un viaje interior, compuesto por poemas que tratan cuestiones mucho más abstractas e íntimas. Está impregnado (en realidad, todo el libro lo está, pero aquí el hecho se acentúa) de una religiosidad serena que transmite al lector (por lo menos, a mí) una paz que es muy de agradecer. Partiendo de los diferentes paisajes y lugares que Jerusalén le ofrece, el poeta ahonda en sus creencias, en su búsqueda interior de la luz. De esta parte destaco "La noche transfigurada" y "La lámpara de barro", aunque resulta difícil escoger.

El poemario va in crescendo, como si se hubiese guardado lo mejor (dentro de la calidad que desprende todo el libro) para el final. Aunque no me gusta nada fragmentar los poemas, dejo aquí algunos versos de "La noche transfigurada" y "La lámpara de barro". Si queréis más, ya sabéis, a leeros el libro.

La noche transfigurada

Para mí esta noche es la primera noche
y algún día también será la última.
Con los años el cuerpo pesa más,
pero a la vez no deja de ascender.
Acaso son los ojos los que siempre desean
huir para dormir arriba, más arriba,
en el lago abismal, invertido,
que es el firmamento.
[...]
Es esta noche la primera noche
y algún día también será la última.
Y, sin embargo, algo se va transfigurando
a cada instante en ella,
a cada instante en nuestro interior,
gracias a un fuego blanco, invisible,
que nos une y enciende.

La noche es una tumba de infinito
que un día se abrirá.


La lámpara de barro

[...]

Para los que seguimos buscando tus huellas
por la ceniza de los montes talados,
por los senderos nocturnos de espinos,
que venga a nuestro encuentro
tu lámpara de barro,
tu lucerna encendida.
Habrá llegado, al fin, la hora de mirarte a los ojos
desde las cuencas vacías de los nuestros.
(Aun así, te veremos.)
Y, ya en la sima oscura,
la palabra más fiel nos salvará por siempre,
pronunciaremos el más dulce ruego:
ábrenos a otra vida, siléncianos, remánsanos
en ese mar de luz o fuego blanco
del que nada sabemos,
del que esperamos todo.


Título: Desiertos de la luz
Autor: Antonio Colinas
Editorial: Tusquets
Colección: Marginales (Nuevos textos sagrados)
Año: 2008
Páginas: 121
Precio: unos 14 euros.
ISBN:978-84-8383-072-7


Borges y yo

lunes, 24 de agosto de 2009


Hace 110 años nació, tal día como hoy, Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, o Jorge Luis Borges, o Georgie, como lo llamaban algunos familiares. Evidentemente, me quedo con la segunda opción. A Borges he de reconocer que llegué muy tarde, de hecho había leído algún cuento suelto, pero no me había llamado particularmente la atención. Bueno, sí, pero no tanto como para ponerme a leer en serio su obra. Por suerte, eso cambió hace cuatro años. Recuerdo perfectamente el día en que escuché el poema "Límites" recitado por Borges. Nunca había escuchado su voz y me quedé prendada del tartamudeo, de ese tono vacilante y dulce. Luego llegaron el "Poema de los dones", "La noche que en el sur lo velaron", "El gólem", "Borges y yo" entre tantos otros (resulta muy difícil escoger).

Desde entonces vuelvo a él cada vez que puedo. Sin duda tiene un lugar destacado en la Historia de la Literatura (para más datos a nivel sesudo-académico, escuchad el primer audio que hay al final de la entrada). Pero en este blog me apetece hablar de lo que Borges es para mí: el mejor cuentacuentos que he leído hasta el momento. No sé si verlo como un cuentista-lírico o como un lírico-cuentista porque ambas facetas suelen ir de la mano en su obra. Su dominio del lenguaje, su concepción de la obra literaria y del mundo en general me parecen fascinantes. Podría estar (y no me toméis por una pedante, por favor) toda la noche escribiendo acerca de lo que Borges representa para mí.


De su obra recomiendo todo lo que he leído, que no es mucho (estoy en ello): toda su poesía, Nueve ensayos dantescos, Historia universal de la infamia, Siete noches, Borges oral, El libro de arena, Biblioteca personal, El Aleph, Ficciones... Tigres, espejos, espadas, laberintos, rosas, esa ¿falsa? modestia... su universo, que es el de todos, pero desdoblado y analizado desde una perspectiva única.

Cada vez que leo algo suyo pienso: "¡Caray! Ojalá yo hubiese escrito esto". Siento debilidad por aquellas obras en las que el autor refleja sus ideas, sus pensamientos acerca de la Literatura y la vida, como Arte poética (una delicia). Como ser humano, me resulta una persona increíblemente tierna y muy, muy divertida; un hombre lleno de complejos, contradicciones y miedos, pero no por eso menos atractivo.


Pero, indudablemente, lo que más me fascina no es lo que escribió, sino lo que leyó. Porque fue, ante todo, un lector voraz y exquisito al mismo tiempo. Si a esto añadimos una memoria prodigiosa, tenemos la envidia de cualquier persona aficionada a esto de la lectura.

Y para celebrar el aniversario de su nacimiento como Dios manda, dejo a continuación unos cuantos vídeos y enlaces para quien esté interesado y tenga tiempo. Y si no, por favor, búsquenlo, porque merece la pena.



Aquí hay una entrevista a Jorge Luis Borges realizada en 1980. Yo me quedo con la anterior, la de 1976, pero no doy con ella. No hay obligación de verla, pero aquí la dejo. Advertencia: al entrevistador le sobra algo de peloteo, pero bueno, supongo que era el estilo de la época. Mejor así. Hoy en día lo habrían sentado entre Mariñas y Karmele y vaya usted a saber lo que hubiera pasado.















Por último, os dejo el primer fragmento de una conferencia titulada "La ceguera". Borges en toda su esencia: ciego y ameno, haciendo gala de una memoria prodigiosa. Un auténtico contador de historias.




El resto de la conferencia lo podéis encontrar, si os interesa, en esa maravilla impagable que es Youtube.

Las tribulaciones de un chino en China

martes, 28 de julio de 2009


Si hay algún autor de novelas ligado a mi infancia y temprana adolescencia, ése es Julio Verne. Lo sé, muy poco original. Mi libro favorito de Verne creo que es uno de los menos conocidos: Las tribulaciones de un chino en China. Me lo regalaron unas Navidades en las que todos mis Reyes consistieron en los seis primeros números de una colección que, por supuesto, se quedó ahí por falta de presupuesto. Son los Reyes que recuerdo con más cariño. ¡Seis libros de golpe! Si no recuerdo mal eran:

1. La isla misteriosa, de Julio Verne
2. Cuentos de H. C. Andersen
3. Corazón y otros relatos de Edmondo D' Amicis
4.Tom Sawyer, de Mark Twain
5. Genoveva de Brabante, de Cristobal Schmid
6. Las tribulaciones de un chino en China, de Julio Verne

Probablemente sean los libros que más se me quedaron grabados. A fuego, casi. Llegaron a mi vida en esa edad maravillosa en la que no sólo lees los libros, sino que te metes en ellos, los vives y los disfrutas intensamente como ya sólo pasa después en contadas ocasiones. Ya he comentado alguna vez por aquí que echo en falta colecciones juveniles de las de antes, que aúnen entretenimiento y calidad literaria. No creo que sea tan difícil, pero en fin, sigo.

Lo que me agradó del libro fue que me sorpendió. No esperaba que me gustase nada en absoluto. Con ese título... Yo había leído ya Viaje al centro de la tierra, 20.000 leguas de viaje submarino, Cinco semanas en globo, El rayo verde, Viaje al centro de la Tierra... Todas narraban grandes descubrimientos científicos, largos viajes a mundos fantásticos. Aunque en esta novela también hay desplazamientos por toda China, el verdadero viaje es el interior.

Kin-Fo es un chino recién entrado en la treintena, bien parecido, educado, inteligente e inmensamente rico. Tiene todo lo que se pueda desear en la vida... excepto ganas de vivirla. De pronto, las desgracias se acumulan en su vida y lo pierde todo. Se ve inmerso en un mundo, el real, que le es completamente extraño.

La acción comienza en Cantón, ciudad a la que Kin-Fo se ha desplazado para celebrar un banquete e invitar a cinco amigos más:

"-Veamos, ¿qué piensa usted de esas divagaciones entre copa y copa? ¿Encuentra la existencia buena o mala? ¿Está a favor o en contra de ella?[...]

-¡Psé!- dijo.

-Ésta es la exclamación por excelencia de los indiferentes. Lo dice todo y no dice nada. [...] Amigo, si no eres feliz en este mundo es porque hasta aquí tu felicidad ha sido negativa. Sucede con la felicidad lo que con la salud; para gozar bien de ella es preciso haber sentido su falta alguna vez. Ahora bien; tú no has estado nunca enfermo, ni has sido tampoco desdichado. Eso es lo que falta a tu vida. ¿Cómo puede apreciar la dicha quien no ha conocido la desgracia ni siquiera por un solo instante?"

Sobre esta pregunta gira todo el libro. Para quien quiera una pista que explique un poco más el argumento, diré que cuando vi la película The Game, creí que se habían inspirado en este libro. Pero no veo a Michael Douglas haciendo de Kin-Fo. Aunque si Tom Cruise fue El último samurái...





Tarde con Shakespeare

jueves, 23 de julio de 2009


La lectura de este libro la tenía pendiente desde hacía algunos meses. Lo compré en alguna feria el año pasado y lo había dejado aparcado porque tenía clarísimo que tenía que leerlo en verano. ¿Por qué? No lo sé. Pero así ha sido.

De William Shakespeare siempre había leído teatro. Había oído hablar hace mucho ya de sus sonetos, estudié algunas de sus características para las oposiciones, pero no los pude leer. Hace unas semanas volví a ver Sentido y sensibilidad y, de nuevo, la referencia a los Sonetos de Shakespeare. Así que los disfruté en una tarde, tranquilamente.

Se trata de 154 sonetos en los que temas como la homosexualidad, el deseo de eternidad, la posibilidad de alcanzarla mediante los hijos y la poesía, la amistad, el desamor, el paso del tiempo...

Dejo aquí un par de sonetos traducidos y con la versión original correspondiente, en la que ganan mucho aunque, a mi modesto entender, la labor de traducción es buena. No tanto la edición, en la que he echado en falta un estudio preliminar más exhaustivo y anotaciones.

Y como la intención de este blog es más bien lúdica, dejo aquí un par de sonetos que me han gustado. Están en inglés con sus respectivas traducciones, faltaría más.

LXXXI

Or I shall live your epitaph to make,
Or you survive when I in earth am rotten;
From hence your memory death cannot take,
Although in me each part will be forgotten.

Your name from hence immortal life shall have,
Though I, once gone, to all the world must die:
The earth can yield me but a common grave,
When you entombed in men´s eyes shall lie.

Your monument shall be my gentle verse,
Which eyes not yet created shall o´er-read,
And tongues to be your being shall rehearse
When all the breathers of this world are dead;

You still shall live -such virtue hath my pen-
Where breath most breathes, even in the mouths of men.

LXXXI

Si vivo para hacerte el epitafio,
si vives cuando esté yo bajo tierra,
no borrará la muerte tu memoria
aunque todo de mí se haya olvidado.

Vida inmortal tendrá entonces tu nombre,
aunque yo, ya ido, muera para el mundo.
La tierra me dará fosa común
cuando en los ojos de los hombres yazcas.

Será tu monumento mi poesía,
que ojos no nacidos releerán,
y repetirán en lenguas venideras
cuando hayan muerto los que ahora alientan.

Aún vivirás -virtud es de mi pluma-
do más la vida alienta: en la palabra.







CXVI

Que a la unión de almas fieles yo no ponga
impedimento; amor no es el amor
que cambia cuando encuentra alteraciones
o cede cuando muda lo mudable.

¡Oh, no! Es un faro, permanente y fijo,
que al ver las tempestades nunca tiembla,
es la estrella que guía errantes leños,
cuyo valor se ignora, no su altura.

No es el bufón del Tiempo, aunque a los labios
y mejillas los siegue su guadaña,
no cambia en horas el amor, ni en meses,
mas continúa hasta el día del Juicio.

Si no es así, y conmigo se demuestra,
jamás he escrito yo, ni ha amado nadie.



Título: Sonetos.
Autor: William Shakespeare.
Editorial:Renacimiento.
Colección: Poesía universal.
Traducción: Antonio Rivero Taravillo.
Páginas:330.
Año: 2004.
Precio: 15 euros (creo recordar).
ISBN: 84-8472-177-9

El viajero del siglo

lunes, 6 de julio de 2009

Esta tarde he terminado de leer El viajero del siglo, de Andrés Neuman (Premio Alfaguara de Novela 2009). Lo compré por una de las razones más absurdas: me gustó la portada, concretamente, el color de la portada. Y también porque había visto en la tele una entrevista al autor y me cayó bien. Menudo criterio el mío, lo reconozco, pero al final me alegro de haberlo seguido.

He de decir que hay cosas que no me han agradado (algunas de las disertaciones filosóficas se me han hecho interminables), pero luego, la novela tiene, para mí, unas cuantas cualidades que hacen que merezca la pena comentarla aquí.

La primera de ellas es la manera variada que tiene Andrés Neuman de reproducir los diálogos, colocando las réplicas entre paréntesis, incluyendo interrupciones, reproduciendo vacilaciones y demás elementos propios de la oralidad. Hace que el lector tenga que estar muy atento, pero tiene sus recompensas.

En segundo lugar, me gustaría destacar la forma de cerrar, de concluir secuencias. Las distintas partes que componen la novela tienen una estructura, una arquitectura bien trabada que, independientemente de que te guste o no lo que sustenta, se agradece.

Tercero: me gusta que hable de Literatura. Y habla mucho. También se trata en varias ocasiones el problema de la traducción, sobre todo en poesía. ¿Es posible plasmar un poema, con todos sus matices, en un idioma distinto al original? Sin darte cuenta, los personajes dan un repaso a la literaturas decimonónicas alemana e inglesa, e incluso hay disertaciones sobre el Barroco español. Y en ese repaso, la novela recoge fragmentos del género dramático y del lírico (poesía alemana e inglesa, fundamentalmente).

Cuarto: el uso que hace de las elipsis. Hay hechos, cartas, palabras que al lector no se le presentan, pero sí sus consecuencias y debe, partiendo de las pistas que deja el autor en la obra, completar los huecos que faltan en la historia.

Por último, y esto ha constituido para mí el auténtico tesoro de este libro, está la relación de amor entre Hans (traductor que llega un día a Wandernburgo con la idea de irse al cabo de un par de días, pero cuya estancia se va prolongando) y Sophie (joven culta, de espíritu libre que está comprometida con un rico y respetable caballero de la ciudad). Aun con todas las escenas de contenido sexual que incluye Neuman en esta obra, me atrevería a decir que el amor de estos dos es mucho más intelectual que otra cosa. Al menos el componente intelectual (muchas veces olvidado en otras obras en favor de ilusiones y de los impulsos hormonales) tiene una carga mucho más considerable que en cualquier otra historia que haya leído (que recuerde ahora). Neuman se recrea en el proceso, en los pequeños detalles por los que dos personas que no se conocen llegan a convertirse en el mundo del otro y consigue mantener una tensión durante toda la novela, incluso cuando los protagonistas ya son amantes. Para mí, eso ha sido lo mejor del libro.

¿Pegas? En ocasiones, el discurso amoroso de Hans y Sophie es demasiado almibarado para mi gusto; me ha resultado empalagoso y cursi.

En resumen, he disfrutado (y aprendido) mucho leyendo el libro y, como digo, la historia de Hans y Sophie ha sido el tesoro que he encontrado en él.

Título: El viajero del siglo.
Autor: Andrés Neuman.
Editorial: Alfaguara (Premio Alfaguara de Novela 2009).
Páginas:544
ISBN:978-84-204-2235-0
Precio: 22 euros
Encontrado en: Librería Beta.

Además podéis ver:
Crítica de Luis García Montero en El País
Aquí hay un vídeo del autor resumiendo el argumento de la obra.

El arte de la guerra

jueves, 2 de julio de 2009


“Hace aproximadamente unos 2.300 años, en lo que es ahora China del Norte, un linaje de señores guerreros decidió, por primera vez en la historia, poner por escrito el conjunto de sus conocimientos militares. Sus textos recogían todo el conocimiento militar del Asia oriental. Ofrecían una perspectiva, nueva y radical de los conflictos militares, según la cual se podía conseguir la victoria sin ni siquiera tener que ir a la batalla. Aunque en Occidente estos textos reciben el nombre de El arte de la guerra, en China todavía se conocen como el Sun Tzu, nombre del patriarca de ese linaje”.

No es una lectura fácil. A ratos, puede hacerse muy aburrida, pero con un poco de imaginación, puedes verte en la China del siglo IV a.C. Es un libro que necesita su tiempo. Su forma sencilla es sumamente engañosa, porque el fondo no tiene nada de simple. Bajo unos versos que recogen principios estratégicos y militares subyacen grandes verdades relacionadas con el ser humano: la existencia constante de conflictos (bélicos o personales) en los que el conocimiento de uno mismo, del otro y del terreno en el que se lucha resultan fundamentales.


Así es la milicia:

Conocer al otro y conocerse a sí mismo

es luchar cien batallas sin correr peligro.

No conocer al otro y conocerse a sí mismo

es victoria por derrota.

No conocer al otro y no conocerse a sí mismo

es la derrota segura en toda batalla.


Si alguien se anima a leerlo, os aconsejo que os hagáis con una edición comentada y, a ser posible, ilustrada. Las hay bellísimas. El comentario es necesario para poder tener una visión más completa y comprender el texto mejor, ya que está impregnado de conceptos relacionados con el taoísmo que le aportan una gran belleza y que, sin el comentario adecuado, pueden incluso verse como algo accesorio cuando no es así.

En la actualidad, se trata de un texto muy valorado en la formación de altos ejecutivos. Yo prefiero desvincularlo de estos tiempos (aunque sus enseñanzas son útiles, no lo niego) e intentar entenderlo en su propia época.


La milicia es un Tao de engaños:

De modo que cuando seas capaz, muestra incapacidad.

Cuando seas activo, muestra inactividad.

Cuando estés cerca, haz creer que estás lejos.

Cuando estés lejos, haz creer que estás cerca.

De modo que cuando el enemigo busque ventajas, lo atraerás.

Cuando se halle confundido, lo conquistarás.

Cuando tenga consistencia, prepárate a enfrentarte a él.

Cuando sea fuerte, evítalo.

Cuando esté airado, acósalo.

Atácale cuando no esté preparado.

Surge allí donde no te espere.


Os dejo los datos de mi edición; es una edición normalita (tiene unos buenos estudios, pero no ilustraciones):


Título: El arte de la guerra.

Autor: Sun Tzu.

Editorial: Edaf.

Traducción: Mariano Vázquez Alonso.

ISBN: 84-414-0984-6.

Precio: 10 euros.

Encontrado en: La Casa del Libro.

Jim Botón y Lucas el maquinista

sábado, 23 de mayo de 2009


Michael Ende ha sido siempre un autor muy presente en mi juventud, bueno, en mi vida. Casi todo el mundo conoce La historia interminable y Momo, dos libros que tendrán (faltaría más) sus entradas correspondientes en este blog. Pero meCursiva apetecía que mi primera referencia a Ende aquí fuese Jim Botón y Lucas el maquinista. Este libro llegó a mí el día que cumplí 12 años de manos de mi vecina Chusa, a la que luego sustraje vilmente El hobbit (único libro que no he devuelto a propósito en toda mi vida). Era el número 1 de una colección de libros juveniles de Orby. Venía junto con Moby Dick, lo cual me hace plantearme, más de veinte años después, cómo es posible que no se edite una colección similar ahora.


El caso es que es un libro delicioso, que todavía conservo (en un estado un tanto penoso, todo hay que decirlo) y que recomiendo encarecidamente a todos aquellos que tengan hijos o que quieran darle vidilla al niño que llevamos dentro. Echándole un vistazo hoy, veo que el libro ganó el premio al mejor libro infantil publicado en Alemania en 1961. Y no me extraña. Tanto el texto como las maravillosas ilustraciones de F. J. Tripp merecen los más altos elogios. Por su extensión, la editorial decidió dividir el manuscrito de Ende en dos partes, así que este libro tiene una continuación, Jim Botón y los trece salvajes, que no he leído. Os dejo aquí el breve texto que hace las veces de prólogo de la obra:


Jim Botón y Lucas el maquinista es un libro sólo para niños. Toda persona mayor que lo lea deberá hacerlo acompañada por un niño. Esto no es una broma. Existen cosas tan sorprendentes y maravillosas en este libro, que una persona mayor difícilmente podría comprenderlas o, lo que es peor, creer en ellas, si un niño no se las explicara. Imaginad, por ejemplo, que lee la historia de esa locomotora llamada Emma que puede navegar igual que un barco, o que descubre el misterio del aparente gigante que vive en el desierto llamado "El fin del mundo" y que sólo parece grande contemplado desde lejos; o que conoce al semidragón Nepomuk, que carece de modales en la mesa, pero que tuvo, en cambio, a un hipopótamo por madre; o que se entera de las cosas tan divertidas que les ocurren a los chinos con los hijos de sus hijos, que se van reduciendo de tamaño hasta que el último no abulta más que un guisante. Esa persona mayor se quedaría, evidentemente, en la inopia. Pero, si esa misma persona lee el libro acompañada de un niño, recordará en seguida dónde se encuentra el país chino que tiene árboles transparentes y evocará con facilidad aquel lejano tiempo en que también ella vivió en las amenas y minúsculas islas de Lummerland. Porque, de ciertas cosas, los niños saben mucho más que las personas mayores.

domingo, 17 de mayo de 2009

A veces, descubrimos un tesoro en el momento justo. Este poema llegó a mí a través de uno de mis preparadores de las oposiciones. El profesor nos dio el texto y yo me dispuse, una vez más, a realizar la engorrosa tarea de diseccionar un poema desde un punto de vista lingüístico. Lo que me sorprendió fue que, en la primera lectura, me conmovió como pocos poemas lo han hecho. Me acordé de mi abuela, de su casa, sus fotos, su ausencia. Hacía escasamente 3 meses que había muerto. Luego me fueron descubriendo todo lo demás: las aliteraciones, el simbolismo fónico, la perfecta estructura interna, los encabalgamientos, la sufijación precisamente escogida...

Y que el poema fue escrito por su autor en memoria de su abuela, Aurora.

O es por esas ciegas ansias terrenales
que sienten los fantasmas por las cosas
que usaron y que aún buscan
perdidos en un tiempo que se les ha negado
por lo que he entrado aquí. Ajadas y solemnes
cuelgan sobre los muros fotografías de época:
una niña vestida de tul blanco,
una madre muy joven asomada a una cuna
y otros retratos tuyos a edades muy distintas
(y la invisible muerte adivinada
entre los fondos neutros color sepia).
Qué busco no lo sé. Y ahora que has muerto
estoy en esta sala. Aquí, en las siestas
y en los atardeceres, muchas veces te he visto
teclear el piano. Cerrada está la tapa
y un mantillo de polvo se ha posado
y anticipadamente muestra
lo que empiezas a ser, tu exacto rostro.
Voy mirando tus viejas partituras:
Rosa del azafrán y tangos y habaneras.
Y sus fechas (1920, 1935) amarillecen. Sé
que los años marcan compases de sonidos,
la pausa de un silencio.
Mas yo trazo tu nombre, Aurora, sobre el polvo.
Y aunque duele ese nombre, que es de luz presentida,
sé que estarás ahora vecina de la luz. Ella te acoja
a otro lado del tiempo
y conmigo te escriba y como yo te nombre.



José Julio CABANILLAS, Palabras de demora.

Título
: Palabras de demora
Autor: José Julio Cabanillas
Editorial: Renacimiento
Colección:
Calle del aire
Páginas: 50
ISBN: 84-86307-93-7
Año: 1994
Precio: 9 euros
Encontrado en: La Casa del Libro

Mi primer amor

jueves, 7 de mayo de 2009

Con él descubrí la poesía. Luego, evidentemente, he leído a muchos otros poetas y he descubierto que aunque no es el mejor (como pensaba a los 13 años), sí es el que más me ha llegado, el que más he releído y aquel cuya obra tengo prácticamente grabada a fuego en la memoria.

Los amores imposibles, desengañados, rara vez correspondidos sugeridos en sus versos y sus miedos acerca de la muerte llenaron mis primeros años de adolescencia. En cuanto me quedaba sola en casa, me ponía a leer los poemas una y otra vez en voz alta sintiendo un estremecimiento que muy pocos autores me han provocado después. Por eso lo considero mi primer amor. Sé que es un topicazo, pero no creo que haya que menospreciar su obra ni por simple (porque no lo es) ni por popular (que si gusta tanto, por algo será).

Creo que hay que releerlo (si os gusta, claro) olvidando las clases de literatura tediosas del instituto y el hecho de que casi todo el mundo lo conoce y está hasta el moño de las dichosas golondrinas. Propongo olvidar todo eso y leer sus versos para llegar a una capacidad de transmitir los sentimientos única (aunque suya es la frase "cuando siento, no escribo"); la capacidad de condensar en cuatro versos toda una concepción poética y amorosa.


Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
se me antoja posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con la niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.

Cuando miro de noche en el fondo
oscuro del cielo
las estrellas temblar como ardientes
pupilas de fuego,
se me antoja posible a do brillan
subir en un vuelo,
y anegarme en su luz, y con ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso.

En el mar de la duda en que bogo
ni aún sé lo que creo;
sin embargo estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro.


Gustavo Adolfo Bécquer


Rimas y leyendas

Autor: Gustavo Adolfo Bécquer

Editorial: Anaya

Colección: Biblioteca Didáctica Anaya

Páginas: 168

ISBN:8420725935

Precio: unos 8 euros






El más querido

miércoles, 6 de mayo de 2009


El segundo libro que voy a comentar por razones tanto literarias como personales, es El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien. Fue el último regalo que me hizo mi abuela paterna antes de morir. Yo tenía 14 años y ya estaba bastante acostumbrada a leer tochazos tipo El Padrino, por lo que el volumen de la empresa no me asustó. Y menos cuando me enteré de que estaba relacionado con El hobbit, libro que tendrá una entrada propia, por supuesto.

He de confesar que yo siempre he sido de la escuela de Gandalf, a quien ya quería muchísimo tras mi lectura de El hobbit, pero la trilogía me trajo, además, a Trancos (me gusta más que Aragorn), a Théoden y a Éowyn, con la que, por muchas razones, siempre me he sentido bastante identificada.

No tengo palabras para explicar lo que siento cada vez que lo releo (una vez al año, fijo). Confío, no sé por qué extraña razón, en que Gandalf no caiga en las Minas de Moria, en que Théoden no muera a manos del Nazgul. Siento la misma inmensa alegría (ahora, a mis 33) cuando aparece El Caballero Blanco. Y cada vez que lo leo, descubro algo nuevo. Es un libro inagotable.

Si alguien me preguntara de qué va, podría decirle que de la amistad, de la lucha del bien y el mal, de la magia de mundos desconocidos y creados por una mente, sin duda, prodigiosa. Pero para mí, tras muchas lecturas, el tema principal es la pérdida, la nostalgia y la melancolía que impregnan toda la obra por un mundo que se acaba, que se extingue y que, sea lo que sea lo que venga después, ya nunca será igual. El lector asiste en este libro a un proceso de transformación, de pérdida de la belleza y la magia.

Después está todo lo demás: la amistad, las guerras, la lealtad, el amor que supera todos los obstáculos y, con letras mayúsculas, la esperanza.

Mi edición es la de Minotauro.
El Señor de los Anillos. Ilustrado por Alan Lee

de J.R.R. Tolkien
Páginas: 1368 páginas
Colección: Tolkien
ISBN: 978-84-450-7179-3
Precio: 53.50 €
Formato: 23 x 14,5 cm
Encuadernación: Tapa Dura

El novio del mundo

martes, 5 de mayo de 2009

Tenía que empezar por él. A mi entender, una novela muy poco usual, como todas las de Felipe Benítez Reyes, más conocido en su faceta lírica. Quizá la magia de su prosa reside en lo poética que es. Releo los párrafos una y otra vez, me recreo en cada aliteración, en cada sufijo que dota a las palabras de una maravillosa sonoridad, de un matiz nuevo; la trama, con todo lo estrafalaria que resulta, es lo de menos.
El mapa de este tesoro lo encontré durante mi época de preparación de las oposiciones, cuando tuve que analizar un texto de otra obra del autor. Hace poco más de un año, alguien de cuyo gusto me fío totalmente, me prestó varios libros de Felipe Benítez Reyes, entre ellos este. Puso la X en el mapa. Y creo que se lo agradeceré siempre.
El novio del mundo relata la vida y milagros de Walter Arias, personaje que reaparece en Mercado de espejismos, premio Nadal 2007 (curiosamente, la novela que menos me ha gustado de todas las suyas). Un ser oscuro, retorcido, depravado que se deja arrastrar por amistades dudosas en su infancia y por bandas del crimen organizado después. Un panoli pesimista maravillosamente desquiciado. Leer sus pensamientos, sus curiosas teorías (la mayoría nada políticamente correctas), supuso para mí una delicia. Aviso: no es recomendable para las personas a las que no les vaya el humor negro.

La historia comienza así:

Tras haberse acostado en un hotel de Amsterdam, Walter Arias se despertó a la mañana siguiente tendido en la acera de una calle de una ciudad medio modernista y medio africana que resultó ser Melilla.
Mi nombre es Walter Arias.
Cuando abrí los ojos, una especie de cleopatra de pago me miraba con fijeza, confundiéndome sin duda con un obseso sexual. "¿Echamos el rato, cariño?", me preguntó, a la vez que se oprimía los pechos con orgullo paródico.
Para eso estaba yo.
Me dolía mucho una oreja y en mi antebrazo tenía la marca de una aguja d´artagnan, con su anillo saturnal de sangre coagulada. -Te meten una porquería en el cuerpo, o sea, y dejas de ser tú, y apareces en Melilla. Enhorabuena.
Hay días, desde luego, en que si uno se inventara un perfume le pondría de nombre "Náusea".

Así comienza el libro del cual iré colgando más pasajes por aquí porque está lleno de tesoros.

Por si os interesa pedirlo prestado (y devolverlo), comprarlo o sacarlo de alguna biblioteca:
El novio del mundo
Autor: Felipe Benítez Reyes
Editorial:Tusquets, colección andanzas
Año: 1998
Páginas: 461
Precio: 19 euros
Encontrado en: La casa del libro.
ISBN: 978-84-8310-051-6