lunes, 26 de abril de 2010
Me han prestado el libro esta mañana. Acabo de terminar de leerlo (no se tarda más de dos horas o tres, como mucho) y, aunque no creo que lo recuerde como uno de mis favoritos, sí creo que lo que quedará en mí es la pasión por la lectura que transmite la historia. Y por los libros como objeto de culto. He de reconocer que a mí me pasa lo mismo: podría sacar los libros de la biblioteca, pero tengo que tenerlos. Aunque al final los deje en un banco en la calle para que quien quiera lo acoja y vea, en ese libro abandonado, algo que a mí se me escapó. Los que me gustan los guardo, por supuesto. Y los vuelvo a comprar, en algunos casos.
Eso es lo que me ha gustado de esta historia, esta correspondencia mantenida durante 20 años por la autora, Helene Hanff, en Nueva York y los responsables de una librería (Marks & Co.) en Londres. Lo que en un principio comienza siendo una correspondencia formal, comercial, acaba convirtiéndose en una relación afectuosa entre la autora y todos los trabajadores de la librería. Aunque no conozco la inmensa mayoría de títulos que se mencionan, eso no me ha impedido disfrutar mucho de la lectura de este libro. Además, no he podido evitar acordarme de alguien que pasa por aquí de vez en cuando: Xose (muchísimas gracias por el intercambio de libros, útiles de escritura y cartas. Te llegará una la semana que viene. Con libro, claro).
En definitiva, una lectura ideal para bibliófilos dispuestos a distraerse y disfrutar una tarde sentaditos en un sofá.
2 comentarios:
No deja de sorprenderme esa voracidad lectora tuya. No conocía el libro, esta vez me toca a mí apuntármelo, gracias por la reseña. Saludos.
Pues entre lo último que comenté y este, he leído "El tercer gemelo", de Ken Follet y dos o tres de poesía satírica de Fray Josepho y Alfonso Ussía, pero no los he comentado aquí. Teniendo a Teresa cerca es inevitable leer. Ya tengo otro encargo para cuando termine el que estoy leyendo ahora, "El sonido de la noche", de Xabier B. Fernández; se trata de "Lavinia" de Ursula K. Le Guin. Teresa me lo ha recomendado con mucho entusiasmo. A ver qué tal.
Saludos.
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