lunes, 25 de octubre de 2010

Los objetos nos llaman, de Juan José Millás acabó en mis manos por uno de mis disparatados criterios. Lo vi en Carrefour y lo abrí porque no era muy gordo (no tenía ganas de leer un tochazo). Al abrirlo, lo que leí fue esto:
"LA MUERTA
Cierto día, un compañero de colegio señaló en la calle a una mujer diciéndome
-Mírala, está muerta."
El cuento continúa explicando cómo hay mujeres, muertas por dentro, que van por la calle envueltas en una burbuja. No continúo por no destripar el final, pero me gustó. Pensé: "Este tío es raro". Así que me llevé el libro a casa y no me arrepiento en absoluto. Me lo pasé muy bien leyéndolo. Las dos veces.
Los objetos nos llaman está compuesto por cuentos divididos en dos grandes bloques: "Los orígenes" y "La vida".
El primer grupo de textos corresponde a episodios infantiles, recuerdos, problemas sin resolver con los padres... Están escritos en primera persona. Abordan, con gran sentido del humor, las relaciones paterno-filiales: el descubrimiento de algún secreto del padre, la manía de la madre de que se pusiera dos pares de calcetines, el tío exótico de vida trepidante, una carrera por la calle para ganar un concurso, las mentiras sobre los Reyes Magos...
En el segundo, ya desde una perspectiva más adulta, se recogen cuentos de más diversa índole relacionados con el matrimonio, el trabajo y el día a día. Aquí el narrador se distancia y va adoptando distintos enfoques y puntos de vista. pero el sentido del humor, que es uno de los hilos conductores de esta obra, sigue ahí. Terapias acerca de sueños con bragas, dudas teológicas, agencias matrimoniales, amores con la chica que te llama para hacerte una encuesta, incidentes con taxistas...
Es lo primero que he leído de este autor, pero no será lo último, seguro. Muy, muy recomendable para desconectar y reírse un rato.