Informes diplomáticos

sábado, 9 de abril de 2011

Berlín, 1939. Un Carlos Morla Lynch bastante escaldado y dolido, como él mismo reconoce, logra editar, por su cuenta, las tres memorias que envió al gobierno de Chile durante los años de la Guerra Civil española. En ellas queda recogido el sufrimiento y el calvario de todos los miembros y refugiados en la embajada chilena durante el conflicto y mucho (supongo que no todos) de los inconvenientes e incidentes de tipo personal y diplomático a los que tanto Carlos Morla como su familia se tuvieron que enfrentar durante esos tres años: las extracciones, las negociaciones, los tiroteos (la embajada de Chile estaba situada en una zona dominada por los comunistas más radicales), el hambre, el frío, las enfermedades, las tentativas de asalto a la embajada, la propia inconsciencia de los asilados que salían de la embajada arriesgando su propia vida y comprometiendo las del resto... Unos documentos que, a pesar de ser oficiales, no dejan de estar impregnados por los sentimientos, dudas y pesares más íntimos del autor.

De nuevo, nos llega este libro de mano de la editorial Renacimiento y, de nuevo, con prólogo de Andrés Trapiello. Además, esta edición incluye los diarios del hijo del diplomático chileno, Carlos Morla Vicuña, que si bien no me han interesado tanto como los del padre, aportan el punto de vista de un joven que eligió quedarse junto a su familia en unos momentos en los que las circunstancias aconsejaban salir cuanto antes del país.

Un testimonio que merece mucho la pena conocer. Y no sólo desde el punto de vista histórico.



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