martes, 14 de junio de 2011
No me puedo creer que en medio del ajetreo del fin de curso casi se me haya pasado esto; menos mal que me han avisado. 25 años sin Borges. No me queda nada que decir de él que no haya escrito ya en otras entradas. Vaya, pues, simplemente, mi emocionado recuerdo al escritor.
Descanse en paz.
4 comentarios:
Leo en un blog lo siguiente: “Murió diciendo el Padre Nuestro. Lo dijo en anglosajón, en inglés antiguo, en inglés, en francés y en español”. ¿Un conjuro de inmortalidad?
Si es que, al final, siempre queda la duda. Vivió la vida como ateo y, a la hora de morir, se convirtió en creyente políglota. El conjuro creo que funcionó: de alguna forma, su recuerdo y su obra son inmortales. Hasta que se nos venga todo el chiringuito abajo y ya dé igual todo porque no quede nadie que recuerde nada.
Saludos apocalípticos. :)
Esas palabras finales me descolocan un poco. ¿Reminiscencias "McCarthianas"? ¿Todo bien? Saludos.
Hijo, tú sí que me habías dejado descolocada. Andaba yo pensando en McCarthy, senador, la famosa caza de brujas y todas estas cosas. Acabo de caer en el otro McCarthy (Cormac). Sí, un poco "The Road" me ha quedado el comentario; debe de ser el final de curso, que me tiene un poco tensa, con ganas de cortar cabezas, como la Reina de Corazones.Es que se me calienta la sangre con según qué cosas (el morro ajeno, por ejemplo) y hasta que no lo echo por algún sitio, voy pegando cornadas a diestro y siniestro. Pero todo bien,como siempre. En cuanto me den las vacaciones, feliz como una perdiz.
Saludos.
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